Con la llegada del otoño, el cambio de tiempo hace que nos enfrentemos a diferentes cambios climatológicos. La niebla es uno de ellos, que consiste en la suspensión de gotas muy finas de agua en el aire. Se produce por una alta humedad y una temperatura fría, como una nube baja a ras de suelo. Para lo cual debes emplear las luces antiniebla del coche.
Es un fenómeno meteorológico que dificulta mucho la visibilidad. Nuestros ojos tienen que ver más allá de esa infinidad de gotas de agua y no lo consiguen. La niebla no está todos los días en la carretera, dependerá sobre todo de la zona en la que vivimos. Es más común en áreas húmedas y frías o junto al mar que tienen más días de niebla. Ahí sí son útiles las luces antiniebla y en Autolunas Carabanchel te vamos a contar por qué.
Cómo funcionan las luces antiniebla
Tanto la lampara como el faro proyectan un haz de luz que atraviesa la niebla e ilumina un poco mejor el carril. Las luces antiniebla muestran un foco más intenso que la luz de cruce, es más bajo y más ancho. No todos los coches cuentan con estas luces delanteras, y no siempre se emplean de la manera correcta. Te explicamos las situaciones en las que son recomendables:
- Con niebla: y sobre todo cuanto más espesa sea ya que nuestra visibilidad en la carretera será menor.
- Con lluvia intensa: si está nevando o hay nubes de polvo o humo. Son situaciones atípicas en la calzada, pero las luces antiniebla pueden ser muy útiles. Si es muy intensa y reduce la visibilidad, se encenderá también la luz posterior de niebla.
- De noche: pero no una noche cualquiera, solo cuando sea una carretera de calzada estreno y con curvas de poca visibilidad.
Hay que tener cuidado cuando accionamos las luces antiniebla ya que son bastante deslumbrantes. Si lo hacemos en ocasiones poco recomendadas, pueden molestar al resto de conductores y poner en peligro su seguridad.